Monday, September 05, 2005

 

prófugos de un aguacero azul

prófugos de un aguacero azul




Las raíces de mi aguacero



Recuerdo la casa de mi abuelita Olga, mis autitos esparcidos por el dormitorio, las luces de la mañana que inventaban formas sobre el suelo y el placer de escudriñar bajo los closets, las cómodas y los sofás.

Aún estoy durmiendo la siesta sobre su corazón; comiendo manzana rallada y alcachofas molidas… en una mesa enorme, antes de que llegaran los grandes.

Todo parecía seguro e inalterable, la muerte era ajena y los días serenos se desenvolvían al amparo de ella, radiante de dulzura.

En el país, los aviones atacaban las ciudades, militares grises ocupaban las pantallas con discursos sobre patria, victorias y cáncer extirpado.

Pero eso pasaba en otro mundo, en las escuelas, en las fábricas, en los barcos… lejos de mi paraíso, donde yo seguía cuchareando el jugo de la carne y saboreando sopaipillas… mientras en las calles se derramaba el frío y el silencio.

Pero la muerte apagó mi paraíso… y en mi ventana la luz de la mañana, llena de pequeñas partículas flotantes, cedió paso a la tormenta… oscura, desafiante, irremediable.

Desde entonces, sumido en el torbellino, busco recuperar aquel lugar, lo tomo en mis manos y se escapa, dejándome muerto, otro, nuevo.

A pesar de todo… recuerdo.

Visito aquella mañana en que mi padre me subió a su espalda gigantesca y nadó lentamente, inventando el verano.

Vuelo sobre el 31 de marzo de 1988, el día en que cumplí veinte años y vi a Luz por primera vez, sonriente, caminando por las calles de Valparaíso, segura de ser la más hermosa y la más libre. Aún estoy saliendo de su casa, confundiendo el firmamento con las luces de mi ciudad.

A veces estoy con mi princesa, comiendo ostras, dejando que me seque con ternura al salir de la ducha, anotando los lunares de su brazo, soñando con viajar, abrigado por su tibieza y su voz tan tierna.

Tengo miles de lugares desde donde recoger mi alegría y sin embargo estoy llorando, porque ya no estoy allí… llevo esos sitios en mi alma y sólo soñando los habito.

Hace más de una década que terminó la tormenta, pero el aguacero insiste en empujar las olas contra mi ciudad y mis ojos no se cansan de buscar el paraíso.

Las hojas que hoy traigo son las fibras de mi memoria.

Las encomiendo a los pescadores de mi país, para que mis palabras queden en el mar y lluevan mas tarde sobre la tierra.


Gonzalo Villar B. verano del 2002



M I P R I N C E S A





La Flaca





Ojalá todas las flacas
tuvieran tu alma de niña
y miraran como diosas
y bailaran entre nubes
que seducen al sol.

Ojalá que tus manos
sigan apagando el llanto
y que el viento de la tarde
premie
tus desvelos de amor.

Ojalá que la noche
te recuerde sonriente
y que tu libertad se extienda
como el nombre de Dios
















Por qué no sabes volar?


¿Por qué no sabes volar?
y te pintas delgada
en boca de otros hombres,
anudando tu historia a la mierda,
dejando a la ternura sin ojos,
a la belleza sin tu recuerdo,
a la justicia sin tu atardecer.
¿Por qué no sabes volar?
y mientes en presencia de temores
y te engañas con voz deforme,
hasta que el verano
se canse de esperar tu afecto
y los jardines del mundo
no basten para contener tu pena.
¿Y si volaras como el aroma transparente de mis sueños?,
bajo el amparo de una mínima esperanza,
allí en el mar que era de otros
y que ahora es nuestro.
Y aunque nunca vueles,
mi princesa,
siempre habrá tiempo
para mojar tu rostro de cielo,
visitar aquel diciembre,
bendecir tu cuerpo.













Para ti



Para ti,
nuestra unión es racional,
imprescindible,
incluso conveniente.

Todo eso,
porque a veces te amo
y soy feliz viéndote reir.

En cambio,
en lo que a mí concierne,
basta una mirada tuya
para morir en tu boca.

Porque, diablos,
te amo aunque nunca
llegues a ser mía .

Entonces:
¿podrías amarme en sueños?
y llevar mi mano en las calles
y decir “soy yo”
cuando te canto
o pido un beso.

Entonces:
¿podrías invitarme a tus sueños?
y llover con tus ojos sobre mi pena
hasta que no puedas huir de tanto amor,
hasta que no puedas huir de tanto amor.










Tú eres mi azul




Tú eres mi azul,
y digo en serio: mi azul,
mi abrigo, mi sueño.

Dónde están tus manos?
Acaso hurgando mi ropa
y buscando aquel olor
sobre una cama tuya
en el piso tercero
de un inmenso paraíso.

Dónde estás cuando no estás?
Acaso mueres en días animales de otoño
mientras yo camino junto al mar
y recojo mis pensamientos
y rosas de cristal.

Dónde estás cuando quieres estar conmigo?
Quién te detiene entonces?
Acaso tú cuando no eres tú?.

Dónde estarás cuando quieras estar
conmigo
y el anciano viento de la tarde
no conozca ya mi nombre
ni aquel olor
ni aquel azul
que sólo fue:”mi azul”.











Habito



Habito los signos de tu belleza,
el lugar en que el cielo es profundo
y tu boca se llama transparencia.

Habito el desenfado de tus sueños,
la malicia de tus ojos y el aroma de tu
pena.

Habito los días que dejaron de partir,
la madera de tu encanto
y el calor de tu presencia.



Cuando te bese



Cuando te bese, sentirás crujir un deseo,
y mis manos, llenas de claridad,
estarán apenadas de ser tan felices.

Cuando te bese, habrá humaredas de colores
perdidos
y trigales perfectos surgirán de tu piel.

Cuando te bese, volarán granizos celestes,
rufianes y alguaciles se sentarán a tu mesa
y los días bondadosos volverán a nacer.











De tu amor



De tu amor, tengo varias certezas,
de tus miedos, un país de dudas,
de tus penas, un rumor de cristales y estrellas.

Tengo tus labios en cada rincón de mis días
y tu frágil despertar, en el sitio exacto de mi tristeza.


Tengo huellas de tu deseo invencible dibujadas en mi carne,
en los muros de mi infancia y en las noches de tu ausencia.




Un mes



Un mes y la belleza es franquicia,
el gozo de tenerte cerca
el premio de amarte en grande.

Es diciembre y la noche corrige mis recuerdos,
yo aprendí a quererte, yo probé tu sangre.














Te sugiero Nueva York



Te sugiero Nueva York
y su parque,
las noches en el Village…
cada mañana un puente
y el principio en Stonewall.

Te sugiero caminar
sin perderte en el silencio,
mientras el hombre se hunde
en el color de su piel
y el frío piensa
en los que nada tienen.

Me refiero a los rincones del subway
a los cafés de la Octava Avenida y
a la ciudad que habla en Times Square.

Me refiero a los pueblos
que conducen sus taxis,
a la sombra de gigantes
y al verde olvido de la libertad.

Te hablo y pienso en Israel y en China,
en el Harlem de las viejas religiones
y en las mentes cuerdas que viven de
matar.

Te escribo y en el rito aparece tu figura
y las luces de la noche nos
comprenden
y la tarde…con su viejo sol…
regresa para ti.








He cumplido el gozo


He cumplido el gozo
de pensar tu cuerpo,
anotarlo en mi boca
y vivir de él.

Descubro tus ojos,
adivino tu cintura
y te nombro suavidad,
porque respiro
y tu olor enciende magia,
porque te siento
y te vuelvo a desear.



Es viernes



Es viernes y tu cuerpo me hace falta.

Es tiempo de primavera estrella,
de manos enlazadas y miradas que se
abrazan.

Es hora de encender el fuego,
de celebrar tus besos
y reunir las almas.













Hay cosas



Hay cosas para las que no pido permiso.
Por ejemplo: para darte un beso,
aunque te cause la muerte y la libertad.

Hay cosas que me pertenecen,
como las nubes de la mañana temprana,
los dolores de tu insomnio,
los sabores de tu cama

Hay cosas que nunca tendré,
como las miradas que dabas a tu padre
y el brillo de tus ojos en ciudades blancas.

Hay cosas que son mías,
como tus pasos en un bosque de cordillera,
el verdadero placer de tu boca,
gentiles  gotas tuyas sobre mi alma.



Quiero pensarte en el mar


Quiero pensarte en el mar,
dudosa en mañana de bruma,
dulce, libre y casi mía.

Quiero sentirte abrazada, mojada,
zafada de rencores, alegre y dormida en mi piel.












Soy un centauro





Soy un centauro enhebrado a tus nubes,
pordiosero extravagante e ingenuo,
junto a sueños y días que no me
pertenecen.

Vivo en el borde del tiempo,
rompiendo mis ojos en tus besos
y huyendo de cada despedida.

Vivo para sentirte en fragmentos,
y eso no me causa tristeza,
sino que dulzura…
cuando estoy contigo.

























Creo en mujeres eternas



Creo en mujeres eternas,
muertas en inviernos lluviosos,
al dejarse llevar por el viento
y perderse entre máquinas y hospitales.

Creo en mujeres que nacen
al sentir sus secretos en mi boca
y despiertan en mañana de verano,
doloridas de tanto amar
y con ojos que no les pertenecen.

Creo en el rostro de la mujer que adoro,
en sus palabras perdidas en la tarde,
en los pequeños lunares de su brazo,
en sus miedos y en su distancia.

Creo en las noches que nos pertenecen,
en las que cuelgan de sus senos dulces y
poderosos,
hasta perderse en las fuentes de su placer
y llenarme de lluvia, mientras vuelo y grito.












Pervive en tus ojos un poco de brillo?.




Pervive en tus ojos un poco de brillo?.
o te llamaste enamorada por error,
victima de un largo verano,
de miradas que bebían en tu rostro
y de tu pena… al sentirte tan mustia.

Recuerdas las noches de un solo aroma?
cuando nuestros cuerpos odiaban la
distancia
y mi boca conocía tus mundos
y viajábamos en sueños…
por no tener futuro.

Tal vez todo era mentira,
salvo tus besos que pedían cariño
y tus ojos de alegría…
cuando estabas conmigo.


















Contigo soñar es doloroso


Contigo soñar es doloroso,
porque sólo existes al amparo de mis ojos
y despiertas con mis besos
y mueres por la mañana,
al bajar una escalera,
segura de ser otra…
no la que durmió en mis brazos.

Estar contigo es clandestino y perfecto,
olores nuestros te hacen mía,
niña golosa, princesa dulce,
cielos en mi placer.

Tu siempre eres presente,
la distancia te diluye,
te disfraza de esposa, de madre,
de maga sonriente en un mundo demasiado
plano.

Tu siempre eres mía,
son las otras las que no existen,
las que dibujan su rostro efímero
en días alejados del mar.

















Por favor: no sueñes




Por favor: no sueñes,
no te pienses libre,
no imagines sacapuntas
y barcos de hijos nuestros
que te miran con tristeza,
no prepares comida para antes de las ocho,
no esperes por la mañana el desayuno,
no grites de silencio en noches tibias y tuyas.

Por favor: no sueñes,
no amanezcan mojadas al centro de mi cama,
no camines desnuda por el borde de las olas,
no inventes ciudades que aman el mar.

Por favor: no sueñes,
no te mires en mis ojos,
no desciendas del cielo para verme feliz.

No sueñes.
No importa.
Porque tu carne y la mía soñarán por ti.

















Tibia, alegre, dulce



Tibia, alegre, dulce,
caliente a veces, rodeada de niños,
húmeda, feliz en las aguas,
libre en su jardín,
mentirosa de viajes,
hermosa al atardecer.

Flaquita, callada al volar de gozo,
suave, ruidosa de guatita,
gustosa de champaña y de vino blanco
y de besos que muerden su boca
en camas que crujen y meses que parecen
años.

Laboriosa, múltiple, laberíntica, distinguida,
hippie, corta de palabras por conveniencia,
mustia de vez en cuando,
plena al sentirse madre,
cachurera, capitán araya,
amiga de mujeres nuevas y no santas,
mandona con simpatía,
hambrienta de sol a sol
y rollenta hasta decir basta.

Notable, cándida,
egoísta con bondad,
pudorosa de ventanas,
ingenua, musical,
cuidosa de platas,
guerrillera por sentimiento,
dueña de tetas preciosas
y –corrijo- caliente porque le da la gana.










Cuando yo muera


Cuando yo muera,
no te manches las manos,
no vayas a mi funeral,
no apagues la música,
ni siquiera invoques mi recuerdo.

Porque si muero y no estoy
contigo,
habré muerto hace mucho
tiempo.





Sabes?


Sabes?
Hoy te daré un beso
y el día será mi cielo.

Hormigas tartamudas
y pacifistas se acercarán a vernos.

Yo diré: vamos.
Tu dirás: no puedo.

Yo entenderé tu boca,
tú soñarás mi cielo.









Mi reina tiene una vagina poderosa






Mi reina tiene una vagina poderosa,
irrefutable, clásica,
no demasiado peluda,
irrepetible, distinguida,
modelo 1949, pica a veces,
huele delicioso y diferente,
sabe a ostras, jarabe dulce y viscoso,
mantequilla de azúcar ácida,
elíxir de almidón.

Mi reina tiene una vagina inteligente, rebelde,
llena de neuronas, solidaria si hay orgasmo,
requirente en su ausencia, apenada en la distancia,
elocuente en sus olores, implacable en su ambición.

Mi reina tiene una vagina girasol,
pluralista, canchera,
triangulo frotoso y lúcido,
labios cómplices y mojados,
venerables gotas rojas en el colchón
cuando es aquel lunes y estoy yo.















Amanecí despoblado




Amanecí despoblado, pendejo,
con mi mundo tieso
y un dolor preciso en el pecho,
aquel que lleva fragmentos de tu olor
y se disuelve en tu boca
cuando abres mi correa
y bebes de mi cuerpo,
desollándome,
poniéndome furioso de alegría,
dueño de ese instante tuyo
y del infinito caído en un momento.

Me cuesta respirar
y te pienso recostada sobre la cama
mientras tus pezones buscan salir de su sostén,
atrapados en un tiempo de rayo,
pidiendo el abrazo de mis labios,
hasta que el deseo cae líquido
por los pliegues de tu sexo
y mi lengua se apasiona por definir tu
estruendo.

Me muero por entrar
en ese punto de tu urgencia,
cuando sólo yo existo para ti
y tu cuerpo se agita, delgado,
delicado, pidiendo que la tierra
se detenga y beba de ti,
pidiendo que yo sea tu dueño






Armando de 400 colores



Armado de 400 colores
resuelvo fundar el cielo.

Chile no es como antes.
Milicos culiados.

Buses amarillos,
olas de bordes blancos,
infinitas, imposibles.

La ciudad colorea de celeste
y nos besamos.
Es cierto. Eres rica.
Yo grito. Tu piensas en los vecinos.

La Moneda nunca tuvo colores
ni patio de naranjos.

Recuerdas las fotos
de aquel día martes?.
Yo tenía 5, tú 23.

Hay mucha gente en el metro.
Morandé 80. Nadie fuma, hay
silencio.

En la foto había una puerta,
Un hombre muerto que fue
Presidente,
un manto de La Ligua.

Subo la escala corriendo.
Es otra puerta. Tomo tu cintura.
Hay cielo.

Estás ahí?





En municipio de claridad


En municipio de claridad,
Duermes bajo una palabra celeste.

El tiempo es feliz, breve, inocente.

Tus piernas ondulan, vuelan, aprietan.

Despiertas, me miras con ojos
escolares.

Yo duermo.

Todo es verdad: tú eres princesa,
yo, un borrador de poeta.

Allí están los días




Allí están los días,
amontonados sobre la alfombra
que pensamos juntos,
hermoso, únicos,
sólo tuyos y míos.

Están sobre tu cama,
en una ventana sobre el mar,
en la ciudad que recorrimos
sin ir de la mano,
con besos que el deseo impone y
clarifica.

Quisiera estar junto a ti y no puedo,
o sí puedo, cuando pienso en
aquellos días que me diste y yo te dí.










No lloras

No lloras,
porque estás llena de rabia.
No amas,
porque estás llena de rabia.
No vuelas,
porque estás llena de rabia.






























Tú me haces daño




Tú me haces daño.
Te soñé libre y me haces daño.

Te dejé mi alma extensa,
mis poemas, mi alegría...
y me haces daño.

Escuché de tu boca:
“eres a quien más he amado”.

Sólo en tu cama se notaba,
no en tu compañía, no en tu consuelo,
no en tu coherencia.

Mentira, no sólo en tu cama se notaba,
también había amor en tu sonrisa,
en tu forma de esperarme
junto a la puerta o en la ventana,
en las veces que me secabas al salir de la ducha.

Ahora podrás amar a otros y dejarlos presos de tu
magia,
encerrarlos en tus miedos, condenarlos a tu olor.

Orgullosa, todo lo niegas y lo olvidas,
pisoteando el azul, mis flores
y el sol dormido en tu rostro.

Mas tarde, vendrán los
días pálidos y llenos de lluvia,
yo estaré mirando el mar
y tú, mi antigua princesa,
sin jardín, sin hijos, sin abrigo,
tomarás del cielo plomo
una de nuestras noches,
para tener un poco de aquel olor
y volar en silencio.





Por favor: no te vistas de blanco




Por favor: no te vistas de blanco,
no comas ostras, no busques mis
piernas
bajo la mesa, no bebas champaña,
no tiñas de sangre el pisco souer,
no sueñes con viajar
ni con piedras fugaces bajo tu
almohada.

Nunca te abrigues con mi rojo,
no enciendas las velas que son
nueve
no bebas de mis copas que son siete
no mires por la ventana del huerto
no hagas el amor los días lunes,
no cierres la puerta sobre mi alma.

Por sobre todo: no vayas al mar,
no te pienses en mi cielo,
no te puebles con mis manos.
no te acerques a mi olor,
no preguntes por mis ojos
que ya no vuelan ni gritan
sobre tu pena.














Si un día miras mi ciudad





Si un día miras mi ciudad
y la ves sin azul, sin olas, sin niños,
sin un viento delgado y puro...
sabrás que yo no estoy allí,
ya no pienso en tu rostro,
ya no vivo en tu aroma,
ya no entiendo tu jardín.

Si miras mi ciudad
y los colores te saludan con un beso risueño
y las calles discuten para decirte un piropo
y el mar se veste con su mejor azul,
aquel de antes, cuando viajabas en barco
y tenías padres y música en la sangre y no rabia.

Alma, entonces, ya será demasiado tarde.


























Sólo nos tomamos de la mano















Me gustas porque eres dulce

Me gustas porque eres dulce,
hermosa como una boda,
insolente los días martes
y brava de cuando en vez.

Me gustas a pesar de tus certezas,
Porque te enmierda la injusticia
Y te sienta bien morder.

Me gustas porque eres libre y no tanto,
porque me agobia tu belleza
y me falta tu querer.

Llegué a tu casa
vestido de tumulto
y me fui quedando en tu mirada
y me fui embriagando en tu dolor.

No temas...
no soy un asaltante de tu cuerpo,
no quiero ser tu padre,
ni tu amante ni tu don.

No temas...
en los buenos días
sólo llego a ser un hombre.

No temas...
en los buenos días
pronunciar tu nombre
es un presente de Dios.

Y no te pido besos ni engaños
ni una cama doble en un motel lejano.

Sólo te pido los días que el viento no
perdona
y las tardes de lluvia que me duelen sin ti.



Ni siquiera



Ni siquiera me resulta
el sincronismo de llamarte por
teléfono.

No estás,
eres un silencio,
un afán perdido.

No estás
y si llegaras...
no estarías conmigo.



Mi vida sería un fraude



Mi vida sería un fraude
si no te llamara amor.

Un amor cotidiano,
bajado de internet,
cargado de tu risa,
murmurado en noches de luna
y dormido en los besos
que nunca existieron.

Un amor infrecuente,
rebelde,
un estado de gracia,
una pregunta callada,
un río de amapolas,
el espíritu que tu palabra desgasta





Me niego a sentirte despacio


Me niego a sentirte despacio,
a perderme en tu blusa
a memorizar tu espalda.

No quiero introducirme en tu plaza,
convertirme en gaviota,
volcarme en primavera.

No quiero tus ojos
sencillos como lágrimas
ni tus manos de princesa
que gobiernan mi alma.

Me niego a un amor
que milite en tu recuerdo,
se hospede en tu boca
y florezca con calma.

Me niego a tantas cosas,
y sin embargo, me faltas.


Una mirada en un disparo

Una mirada en un disparo,
un favor elocuente,
un poema dormido en un fusil.

Todo es pasión,
incluso el inventario de tus silencios
y el borde honrado del amor.

Todo es tristeza,
incluso mis ojos inundados de mar
y tus fantasmas vestidos de razón





Pensar la vida




Pensar la vida como si fuera un juego
y pintar tu rostro en la vitrina de mis recuerdos.

Pensar la vida y beber del cielo un poco de tu alma,
hasta que los cerezos dejen de florecer
y la ciudad se olvide de tantos miedos.

Pensar la vida y mudarme al reino de tus besos,
el lugar donde siempre es primavera
y tus deseos habitan el rubor de mis silencios.

Pensar la vida y ponerle nombre al tiempo,
Para inventar los días, para sentir tu cuerpo.




¿Para quién hablas?


¿Para quién hablas?, ¿te escuchas?, ¿qué ocurre en la
asamblea de tus silencios?















M i    L u z


















La Luz de Antofagasta


Todos los silencios del mundo
naufragaron en nuestro desierto.

El sol construyó su casa en
Antofagasta
y se pasea cantando por las calles.

Me traje una maleta
con todos tus besos,
cada noche me cubro con ellos
y sólo así se mitiga tu ausencia.




Culto



No creo en tus orgasmos anales
ni en los senos puntiagudos
que coronan tu existir.

Soy de los que militan en el culto a tu ombligo,
un fanático de los suaves contornos
que conducen al nudo vital...

Mi pasión es coleccionar las pelusas
encerradas en tu caverna
y adivinar las tripas que se ocultan bajo tu piel.










L u z




Tu número es el siete y
Dios también comparte esa suerte.

Eres roja como un sombrero de fiesta
y cocinas como una madre antigua.

El agua
corre por tus manos
sin mojarte
y el viento te besa
sin decir palabra.

Sé que tu compañía
es como un tecito
al caer la tarde...
aquel espacio
en que el tiempo
es sólo una moda
y nadie desea morir.

El lugar donde
aún viven los años
en que el cielo
dormía sobre el tejado
y todo parecía posible.
















Tu recuerdo



Las noches ya no corren descalzas por tus manos.
Tus piernas dejaron de ser caminos de lluvia hacia el placer
infinito.
Tus ojos ya no reflejan los colores del océano
y tus labios olvidaron la forma de inflamar las selvas del
desierto.
Pero, descuida, nunca tu recuerdo dejará de envolver con
flores el silencio.




























Bendice señor a mi compañera




Bendice Señor a mi compañera,
mantenla siempre llena de amigos,
hermosa, sincera.

Deja que esté cerca del mar, burbujeante,
abrigada por la espuma, celeste,
pensada por el viento, serena.

Muda mis traiciones en días azules,
para que ella sea pura, para que ella
sea feliz y cielo y tierra.

Señor, tú que la hiciste generosa,
libre y buena, dame el don de amarla...
para estar con ella.

























Mi país, mis mundos, mis amigos
































Hubo un tiempo



Hubo un tiempo
en que el hombre y la muerte
eran hermanos.

Una época en que los niños
florecían como estrellas
y el infierno aún no habría sus rejas.

Un lugar de nuestra memoria
en que la nieve cubría los pies
y la guerra era la ley.

Entonces,
la palabra abrió las puertas del cielo
y nos vimos desnudos en la tierra.

Y nos vimos hambrientos, sexuados y libres.
Y nos vimos hambrientos, enojados y libres.
Y nos vimos hambrientos, egoístas y libres.

Y porque nada teníamos,
soñamos la alegría, la justicia y la belleza.

















El país


El país
no tiene
memoria
ni futuro
ni ambición.

El país no existe,
es sólo una pretensión,
una idea extraña,
un temblor,
un manicomio azul y cordillerano.


Vengo de la más bananeras de las repúblicas



Vengo de la más bananeras de las repúblicas,
la que parece limpia y lleva el rostro de la muerte,
la que no tiene sueños, la que pierde siempre.

Vengo del lugar en que el azul ha muerto,
donde nadie tiene hermanos,
donde nadie dice: “yo pienso”, “yo espero”,”yo
sueño”.

Vengo del sitio en que la libertad se finge,
la justicia es falsa y lo demás se vende.

Vengo del reino en que la tierra tiembla,
los colores faltan y el dolor se extiende.

Vengo de Arauco y de Chile,
donde todo es calma, donde nadie siente.






Fragmentos




malhechores brotados de alfajores,
alfiles, sandías y vidrios,
el degüello eléctrico de prestigiadas tropas,
malpagadas, nacionales y católicas
contra carpinteros que no saben leer
y puertos que el sol no recuerda.

jueces desentendidos pero no ciegos,
prisioneros de un barco que no debe
llamarse Esmeralda, sobrios, refugiados
de la belleza invicta, arrogantes,
prósperos, llenos de alambres y de ajíes,
rostros tenues como el dolor desesperado,
sobrinos confiscados a una luna temeraria,
casi crepúsculos perdidos, artífices
de menciones honrosas, de gatos y de
librerías pensadas para niños delirantes y rosados,
lógicos, derribados de una vida prestada
y de rieles que gimen en España.

Soy un número relleno de tristeza,
huyendo de helicóptero anómalos y oscuros,
taladrantes y llenos de barro, dóciles y ausentes,
dormidos sobre platos de cebolla,
junto a frascos de arena y de miel.
Conozco demócratas cansados y absurdos,
hospitales que se llaman desamparo,
el ombligo náutico y el desgarro de un nuevo amor,
caracoles tendidos en su cama y cortafuegos
adheridos al temblor.

tengo prólogos de una pasión promedio,
cócteles desnudos y frecuentes,
bajo el auspicio de tiranos malolientes,
de moscas y sombreros ateridos

con querellas desaparecidas
en carpetas marrones y azules.

pienso en fueros y lazos de papel,
en la ronquera de tardes calurosas,
asociadas a piscinas nuevas,
tigres pálidos y perdedores
bajo un traje de asesino,
que también se llama uniforme
y gol de Chile y bombas que caen sobre
el Presidente.

tuve que anotar en lápidas
que parecen cordilleras,
la muerte de países que caen al agua
y desembocan gritando como ríos,
la penitencia de perderlo todo,
por cortesía de sueños de militares obscenos,
prófugos de un aguacero azul,
invencibles, desconsolados y aburridos.













Con la primera bruma





Con la primera bruma
que los rayos del sol revelan
un avión antiguo se acerca al mar,
lo conduce el papá de Juan,
quien ríe y bromea junto a tres soldados.

El sol los mira desde la cordillera
y veinte niños de Santiago
perderán a sus padres en el mar.

Un cigarro, un chiste
y diez madres y diez compañeras
bailarán con fantasmas en primaveras prestadas,
llorarán hasta quedar sin ojos
y bordarán recuerdos de un pueblo nuevo,
cuando el cielo iba a ser realidad.

Ahora han pasado veinte años y más...
El papá de Juan olvidó los viejos chistes,
Pero nunca pudo dejar la bruma,
El avión, los veinte niños solos
Y la bandera con su vieja estrella...
Hundida en el mar.















Lluvia y Promesas





Madre qué estamos construyendo?

Sirve nuestro trabajo para mitigar el dolor?.

Esta noche llueve y las palabras
van saliendo de sus tumbas
para inundar el silencio
y recordar aquello que nunca hicimos.




























Pintando el futuro




Montaña y viento.... todo es suciedad,
las aves que aún vuelan...ya no cantan.

El humo no deja ver lo que queda del sol,
las águilas sin mitos,
el agua pura...¿dónde está?

La vida se vuelve de chicle y basura,
plástico quemado, incendio,
columnas de carros gritones,
pulgas asesinas,
hollín
y
mojón.

Los hombres
se vuelven
garabato
y
ambición,
tarro de cerveza
y sexo para descargar tensión.
La ley se reduce a NO,
la policía se atrinchera en sus tanques (a vender droga)
y las cárceles crecen más que las ciudades.

Los diarios traen suplementos de
sangre en bolsitas y los psicópatas escriben
sus memorias para la TV.

El olor de todo...es aroma a mierda,
la calle es el paraíso del ruido,
todo tiempo pasado es culpable del futuro.

Dios, encerrado en su fortaleza,
observa lo que pasa por el cable
y trata de conseguir trabajo en Internet.

Ahora hay cinco papas...y tres papisas....
blanco, asiático, afro, hispano y homosexual,
beata, feminista y por sorteo.

La noche es más importante que el día,
una familia educada... no conversa en la mesa, ni en ninguna parte.

La pena de muerte se extingue y las matanzas continúan.
Los pobres comen perros y gatos....los ricos están a dieta.

Se acabaron las dictaduras,
pero la democracia no salva a nadie...(Nadie quiere salvarla)
y el mejor trabajo es vender la sangre.















Los de abajo



Mientras tu llorabas
yo veía televisión.

Me enseñaron
a despreciarte
por sucio, piojento,
ladrón y mal hablado.

Cuando pasaba frío,
yo esquiaba en las montañas
que encerraban tus días
y no imaginaba
que tu sufrir cotidiano
podría llegar a golpearme.

Perdóname
la mierda en tu cara,
perdóname hacer de ti
víctima y asesino.

No seai huevón,
qué sabís vos
de vivir entre cartones.

Que sabís vos
de inundaciones,
del viento helado
en la tarde
y del hambre que
ahoga canciones.









Asistentes Sociales





El país es una alambrada,
casi un método,
sus asistentes sociales visten de gris
y caminan por las calles enemigas,
hospitales y escuelas.

Caminan y no son vistas,
caminan en otra tierra.

Grito y mi voz roja no quema,
aparenta, no es pobre, no sufre,
es ajena, sucia, mínima.

Pienso y los árboles hambrientos de flores
no olvidan infierno
y ellas insisten,
escuchan, entienden.

Casi hay que ser mujer
para ser tan valiente
y trabajar sin llorar, sin mentir,
sin mandar el mundo a la cresta















Supermercados




En los Supermercados
están los licores del invierno africano,
los secretos de la carne,
las langostas del Pacífico
y los números hablan.

Están también los niños que ya no son
y las invisibles vendas que impiden ver el horror.





Días



Hay días bañados
de penumbra
y hay otros
que se cuelgan
en las puertas
de la gran ciudad.

Hay días olvidados
y hay otros que perduran
como las rocas
que aplastan a los muertos.










Gonzalo


Gonzalo,
tú qué que te llenas la boca
con mañanas luminosas,
cantos a la libertad
y palabras de amor al ser humano.

Cuántas veces al día aplastas a tu vecino?

Cuánto tiempo y energía le dedicas a tu vanidad?

Qué haces para merecer llamarte hombre digno?

En qué lugar aprendiste el arte de mentir?

Sabes qué significa la palabra transparencia?
























Mujeres indolentes



En realidad Dios me castigó muy cruelmente,
se atrevió a crear mujeres que no están enamoradas de mí.






Versión optimista


En realidad Dios me castigó muy cruelmente,
se atrevió a crear mujeres que aún no están
enamoradas de mí.

























Conozco moradores de un país ausente



Conozco moradores de un país ausente,
dóciles y llenos de pena,
inmunes a la belleza y al amor.

Conozco seres indocumentados en el cielo,
exiliados del sol permanente,
asesinos de su estrella fulgurante,
cómicos de tanta tristeza,
carentes de nombre y de olor.

Son los que viven a plazos,
gobiernan destinos de otros
y se peinan con jugo de limón,
para vender sus risas ridículas
en bancos y financieras de papel.

Son los que eligen la muerte,
temen palabras que parecen libertad,
leen informes contables,
pifian festivales caducos,
huyen de Lemebel
y acarician sus penes y vaginas,
mientras ven la televisión estatal,
universitaria y laica.















Rascacielos



Tengo rascacielos en el alma
y a pesar de las estrellas
y de la alegría que me llena las entrañas...
me cubren siempre nueve mantos de tristeza
que poco a poco voy sacando


































....y se quedó a cantar con los obreros




Tú eres Víctor y estás junto a las luces y violetas,
amasando el pan de cada día
y llevando esperanza a los que trabajan y sueñan.

Tu canto sigue junto a los obreros,
porque eres poeta del amor en movimiento,
de la justicia del mañana.

Cuando los verdes prados se iluminan,
cada botón y cada gracia
nos recuerda tu rostro...Víctor Jara.

Cada palabra que mi hijo aprenda
llevará un poco de ti y tu fortaleza,
porque eres la dignidad de Chile...Víctor Jara.

Cada aurora,
el sol saludará al día pronunciando tu nombre
y en las cárceles, escuelas y campos,
se escuchará tu canto,
porque eres la razón y el amor...
querido hermano...Víctor Jara.
















El fenómeno que llamamos vida




El fenómeno que llamamos vida,
no es otra cosa que el más complejo
esfuerzo de la muerte
por aparentar ser vida.


Me gusta esta clase de muerte,
su comida, sus sofismas y se acción,
me encantan los besos bajo la lluvia de agosto
y los cielos azules que iluminan tu rostro.

Me encanta estar muerto
y tener conciencia de ello.
























Independencia y Olvido



En mi sangre
está la sustancia del uno,
la semilla de lo nuevo,
el arco iris de fuego...
la masa y la energía
de lo undinaz*

En mis pensamientos
perviven emociones de abuelos libertarios,
manantiales de risa bajo los sueños del sur
y dibujos que de niño realizaba mi padre.

En las costas de abril
se encuentra la mañana
en que se decidió mi nombre,
bajo una lluvia de cielos
se divisa el momento
de la independencia y del olvido.

Quizás algún día regresaré a la conciencia
Y podré ver de cerca lo que ahora intuyo.

· Infinitamente pequeño y universal.
















Virtud






Con la aurora
y embriagado por la belleza
que afloraba del azul,
dirigí mis pasos hacia la virtud.

Entre los que sufren
encontré inspiraciones
y costumbres que me hablaron de ella,
sus mutaciones, sus silencios y su esencia.

Conducido por una suave mujer,
busqué serenidad entre ritos,
palabras y sueños.

Quise llamarme “hombre bueno”
y no pude y no quise y no supe.

Quise tantas cosas
y sólo tuve palabras
y no gestos
y no hechos
y no acción.













Cuestionario



¿Qué puede esperarse de una país en que los delincuentes han formulado las leyes?

¿Por qué la muerte no se lava los dientes?

¿Existías antes de volverte palabra?

¿Por qué los trenes ya no hacen el amor?

¿Por qué el número cinco usa bigotes?

¿Por qué los fantasmas no toman coca cola?

¿Quién preside el infierno cuando se ausenta el General?

¿Dónde duerme la noche?, ¿Quién la cuida?

¿Qué haces cuando te cansas de ser princesa?

¿Por qué la justicia no se amarra los zapatos?

¿Has mentido hasta quedar morada?

¿Estarás conmigo en ciudades que aman el mar?















Palabra de mujer


Antes de ser mujer
fui mujer pirata
y antes de ser pirata
fui un largo atardecer de verano.

Con todo,
nunca pude contemplar el mar,
ni disfrutar el sol, ni ser mujer.

¿Quién soy?
...si todo lo que han dicho de mí,
viene desde fuera.

¿Quiñen soy?
...si la tierra verde y distante,
ya no me llama madre.


Puedo ser mucho más pesada


Puedo ser mucho más pesada,
gritar hasta borrarme del mundo,
llevar la muerte en mi bolso
y la peste en mis deseos.

Puedo mentir y seguir mintiendo.

Puedo inventar la primavera
y cuidar a los niños en sus camas
y dibujar mis labios en el cielo.

Soy libre y todo lo puedo,
porque me sobran sueños,
porque no tengo miedo.


Carolina



La verdad se busca en las páginas amarillas,
se escapa, naufraga, se vuelve azul.

La belleza se esconde en tus trenzas
resbala como una gota por tu mejilla
y llena tu pecho al respirar.

La libertad está en tus ojos,
en todo tu cuerpo
y en la siesta que dormiste ayer..
rodeada de una aurora infinita




























Ligera



Te miro en los años
y le doy gracias al tiempo,
por haberte hecho amiga,
hermana
y noticia del mar.

Ligera,
te siento respirar profundo
y las palabras...
de tu calor encienden
y causan luz.

Ligera,
te siento preñada de sol
y las nubes repiten tu nombre
y tus ojos aprenden de Dios.

Sin tregua, el mundo nos barre
y nos vuelve a pintar
y tu amistad regresa al instante
para quedarse en el mar.


















La verdad




La verdad se pierde, se calla, se renuncia,
Se busca, se olvida, se encuentra, se roza,
Se espera, se omite, se teme...pero no se vende.

Lo que se vende es la dignidad.


































Aquella descuidada majestad



“En las primeras horas, sólo veía olas;
las cadenas de montañas azules del mar,
sus glaciares y sus cascadas,
su elevación y su descuidada majestad”. (Marcel Proust).

Nubes sufis abrían sus ojos en lo alto
y el hipocampo dijo en sueños que mi naufragio
era nacimiento, maremoto, juego,
zumbido que retorna de una antigua Nación.

Esa palabra ondulante era mi casa,
el sol se reunía cada tarde con nosotros
y el rojo y los colores anaranjados
bebían café junto al aire, el aguacero bullicioso,
las ballenas tímidas y felices.

En el noveno mes o tal vez en otro,
relámpagos y muertes cayeron de la noche
golpeados por reglones infelices y terribles,
por escuadras, repúblicas y mazos.

Lejos y cerca, renacidos,
tal vez en aquel jardín,
Marcia, Esteban, Luis.
encontraron su propio mar...
aquella extensión azul donde no llovía agresión,
ni desprecio, ni fractura al amor.

Ahora en las buenas primeras
cuando los colores se sublevan de belleza
y la libertad se enciende impertinente...
dos o tres delfines,
casi sin darse cuenta,
crean un día de justicia.

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